Ecológico y sustentable, el arte de trabajar con materiales nobles.

A pesar de los cambios y modas, Alejandra siguió fiel a su estilo. Luego del secado y horneado, decora una a una las piezas y utiliza motivos y métodos antiguos portugueses, españoles e italianos, con diseños originales e irrepetibles. Sus piezas son únicas, porque trabajar en serie nunca le interesó.

“Yo empecé con el Alfar hace 6 años acá en Junín de los Andes. Me pude comprar el horno que es más o menos lo básico que se necesita. Así que bueno ahí comencé haciendo mates, tazas, casi todas cosas utilitarias. También hago algunas cosas decorativas como por ejemplo alguna trucha en cerámica que es muy clásica de acá, de Junín de los Andes”, contó Alejandra.

Las jornadas de producción, a veces, pueden extenderse hasta medianoche, donde el modelado a mano de objetos únicos, realizados con arcilla, es algo que lo cautiva. El tiempo que les dedica a cada objeto, especialmente en la decoración, es importante, con un trabajo a mano alzada.

“El alfar en realidad en árabe significa el taller del alfarero. Como yo me considero alfarera, por eso me gustó el alfar y de los andes. Esta zona es hermosa y es donde estoy viviendo y me brinda muchas cosas lindas así que bueno una manera de estar conectada también con el lugar donde estoy viviendo”, destacó Alejandra.

El espíritu del emprendimiento interviene en todo el proceso productivo. El trabajo que realiza Alejandra hace que cada pieza se única, aplicando además los productos locales como valor agregado.

“La arcilla tiene estos dos procesos que es primero la cocción al bizcocho y después la que se da por segunda vez, que es con esmalte, que es cuando queda así brillante la pieza”, contó Alejandra.

Dato descubrí: Creatividad de una industria única y con gran valor.

En su taller se pueden encontrar tornos, esmaltes, tinajas, jarros de café, mates, entre otros objetos. Además de las piezas tradicionales, como tazas, mates, bowls, Alejandra realiza algunos utensilios de una manera particular para poder ser utilizados al fuego directo, como ollas o pavas de cerámica para el fuego directo.

Con la misma pasión, como hace seis años, cada pieza horneada la semana anterior comienza su proceso para empezar a ser pintada.

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Redacción: Andrea Vauthay – Diego Nordenstrom