“Descubrir una nueva receta no significa hacer algo que nunca se hizo, sino que cada cocinero le dé su personalidad”
En Las Grutas (Río Negro), Liliana Molinas se abre paso dentro del mundo gastronómico. Amante de la innovación en el campo, desde colaborar con las y los profesionales que arriesgaban su vida en la pandemia hasta tener su propia casa de comidas, la chef rosarina sabe cómo hacer de la cocina su hogar.
La gastronomía llegó a su vida un poco de casualidad. Oriunda de una casa numerosa, Liliana dedicó su juventud al estudio y al trabajo. Pero cuando conoció a la familia de su hoy esposo, Pato Chifflet, un abanico de posibilidades se desplegó frente a los ojos de la rosarina. Es que las paellas, empanadas, carnes y escabeches de sus suegros eran para chuparse los dedos.
Sus comienzos en la cocina fueron solidarios, “siempre a disposición de las instituciones que así lo requirieran”, recuerda la chef. Sobre todo durante la pandemia, cuando con Pato hacían platos para alimentar a quienes trabajaban en los servicios esenciales.
El tiempo pasa, y aquellos inicios ya son los fuertes cimientos de un nuevo camino: “hoy nos dedicamos un poquito más a nuestros emprendimientos y a concretar nuestros sueños”. Con LP Gastronomía construyeron su servicio de catering, viandas y comida personalizada para el día a día, pero también tienen casi a estrenar un restaurante en el fondo de su casa.
A ella le gusta hacer de todo: “amo la parte dulce, es una materia pendiente que espero algún día poder innovar un poco más. Pero me encanta la parte salada, me encanta lo agridulce, me encanta la mezcla de especies, me encantan los aromas. Si tuviera que definir a mi cocina, la definiría como una mezcla de sabores, un encuentro con la magia diaria”, cuenta a Descubrí Tu Destino.
Entre 2021 y 2022 te considerabas una cocinera amateur. Hoy en día, ¿cómo te percibís dentro del mundo gastronómico?
Liliana Molinas: Cuando recién arranqué, era una cocinera amateur. Hoy ya me siento un poco más profesional. Yo creo que se va aprendiendo todos los días un poquito más, y vamos mejorando todos los días más y más.
Participaste de grandes encuentros como el EnBhiGa y la Fiesta Nacional del Chef Patagónico. ¿Qué es lo que más te proporciona ese tipo de ferias?
L.M.: Participar me ayudó a crecer muchísimo, a expandir mis conocimientos, a querer aprender, estudiar y saber un poco más. A partir de estos encuentros gastronómicos y culturales fueron saliendo nuevos eventos provinciales, el dar clases, estar al lado de diferentes colegas sobre el escenario, poder mostrar lo que uno sabe y va a aprendiendo. La Fiesta Nacional del Chef Patagónico fue un logro muy grande.
Respecto al aprendizaje, contame sobre tu formación en la gastronomía.
L.M.: Cuando arranqué había hecho un par de cursos básicos. En el recorrido de estos años fui aprendiendo un poco más, estudié para cocinera de restaurante y obtuve el título; y para cocinera profesional, también obtuve el título. Pero son simplemente papeles, el aprendizaje uno lo va adquiriendo día a día, en la labor diaria, año tras año, mirando a los colegas, interactuando en una cocina, en un servicio. Cada nuevo evento, encuentro, feria es lo que nos ayuda a crecer, aprender y hacernos un poquito más profesionales.
¿Qué fue lo que te hizo decir “esto es lo que me encanta”? ¿Hubo algún momento de clic?
L.M.: Si bien siempre cociné lo básico, fui aprendiendo mucho más y agarrándole mucho más amor gracias a la familia de mi marido. Pero creo que el momento en que me di cuenta que me gustaba la cocina fue ver al comensal sonreir cuando probaba un plato mío. Eso fue lo que me hizo decir “esto me gusta, esto me atrae, esto es lo que quiero”. Ver a una persona probar tus platos y decir “qué delicia, qué rico, me encanta”, y que le cambie el humor al probar alguna de las recetas que he hecho.
Contame sobre el emprendimiento de catering.
L.M.: Si bien ya nos dedicábamos a la venta de empanadas, paella, de cazuelas de mariscos que son nuestros fuertes, queríamos hacer algo más. Emprendimos nuestra propia cocina laboratorio y arrancamos con los servicios de catering que hoy en día son nuestra gran satisfacción.
Realizamos toda la comida en nuestra cocina, la transportamos al lugar del evento y las personas que nos contratan se encargan de distribuir. La otra parte es para eventos privados personalizados: ahí nosotros vamos y nos dedicamos a cocinar directamente en el lugar, elaboramos en el momento y nos encargamos de distribuirla y de servirla. Contamos también con servicio de mozos y de vajilla, poco a poco los hemos ido incorporando para poder brindar un producto de más excelencia.
¿En qué nuevos proyectos trabajás hoy en día?
L.M.: Seguimos trabajando en nuestro gran sueño de poder tener nuestro lugar, nuestro rinconcito. Se trata de lograr un lugar en nuestro patio, pegado a nuestra cocina habilitada, rodeada de naturaleza, de árboles, para que la gente tenga un servicio personalizado y que se encuentre en un lugar agradable, tranquilo, que pueda disfrutar de algo ameno y diferente.
En la parte de adelante tenemos un vivero, una plantería, y en la parte de atrás tenemos parrilla a la vista y frutales. La idea es que la gente pueda sentarse en medio de los frutales y en las diferentes noches pueda contar con diferentes propuestas.
Si todo sale bien, vamos a abrir para el fin de semana largo de octubre. Contaríamos con no más de 4 o 5 mesas, para entre 20 y 25 comensales. La comida sale en el día, recién elaborada y a la vista. Nos gusta mucho que la gente vea cómo se elabora su plato, que pueda participar, disfrutar, escuchar una música tranquila, charlar y pasar una linda noche.
“Innovar, inventar y descubrir sabores nuevos” fueron tus palabras para describir lo que más te gusta a la hora de poner manos a la obra. ¿Cómo definirías tu cocina?
L.M.: Creo que es el lema de todos los cocineros. Aparte de seguir una receta, es descubrir siempre algo nuevo, reinventar un poco todo, ver que no todas las texturas tienen que ser iguales, que los sabores pueden cambiar si los combinamos de diferentes maneras, conocer el producto de cada lugar y darle un punto más alto, un poco más de excelencia. Descubrir una nueva receta no significa hacer algo que nunca se hizo, sino que cada uno le dé su personalidad.
Si tuviera que hacer un resumen de todo este camino recorrido, diría que soy una cocinera solidaria, una cocinera amateur, y que el tiempo y la vida me dieron la oportunidad de ir creciendo y perfeccionándome. Espero poder algún día ser una gran profesional, si la vida así lo quiere, y si no seguiré recorriendo estos caminos de sabores, de texturas, de aromas que me regala la gastronomía. Estos caminos de colegas, de amigos y de familia, que siempre me apoya, que siempre está presente: mi marido y mi hija, que son mis dos grandes pilares.
¿Dónde encontrar la cocina de Lili?
Las viandas, menús semanales, platos especiales y servicios de catering personalizados para eventos están en:
Instagram, con @_lp_gastronomía.
Calle Mainqué 945, Las Grutas (Río Negro).
Redacción: Agustina López
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